miércoles, 22 de julio de 2009

INCLUSIÓN, ACCESO Y PERMANENCIA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LATINOAMÉRICA Y EN VENEZUELA

INCLUSIÓN, ACCESO Y PERMANENCIA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LATINOAMÉRICA Y EN VENEZUELA


Realizado por:

Ender Melean V

C.I. 16188570

Email: endermelean@gmail.com



La inclusión y la equidad en el escenario Latino Americano tienen su origen en la ausencia, insuficiencia y desigualdad de opciones de participación en las oportunidades en la educación superior. A pesar de la masificación de la educación superior durante las últimas décadas, todavía hay grupos que experimentan bajos niveles de acceso por las razones de desigualdad social y exclusión en relación con el alcance y efectividad de las políticas económicas, sociales de inclusión y acceso.

Al tomar en cuenta la desigualdad y la exclusión como factores importantes de la tendencia de las políticas de equidad e inclusión en la educación superior en la región de la América Latina y el Caribe, es necesario abordar la problemática con una mirada desde adentro, donde se originan los distintos problemas y de acuerdo con la dinámica y el contexto, para poder identificar sus causas, factores determinantes e impacto de futuro en la región.

En el caso Venezolano la exclusión social ha sido una de las constantes que han definido su vida desde los últimos 50 años, por esta razón el donde las experiencias democráticas más inequitativas y fraudulentas del sistema neoliberal puede ser observado en los altos índices de pobreza, carencia de servicio básicos d calidad, desempleo, desocupación, inseguridad, aumento creciente de la marginalidad social, fracaso escolar Temprano y ausencia de políticas públicas médico-asistenciales.

Pero no s un caso únicamente Venezolano, ya que se repite dentro de todo el contexto Latinoamericano, donde Las Instituciones de Educación Superior de América latina en el contexto de la globalización y la mundialización de la economía deben afrontar el reto de Superar la desigualdad y exclusión como estrategia para llegar al camino hacia un desarrollo sustentable de las sociedades,

Es quizás el reto más apremiante e importante de estos tiempos para nuestros países latinoamericanos con la finalidad de abrir nuevas oportunidades y favorecer de esta forma a la construcción de las sociedades del conocimiento para la convivencia de la humanidad y su bienestar.

Pero nos enfrentamos a la realidad de un sistema universitario venezolano que desde finales de la década de los 70 y en muchos casos la actualidad se caracterizaba por un deterioro académico creciente, elevada burocracia administrativa , las huelgas y paros estudiantiles, la violencia desenfrenada, en muchos casos la universidad ha servido de refugio a mafias organizadas, poco desarrollo de la investigación, incipiente actividad de extensión, uso ineficiente de los recursos, , pérdida de la rectoría por parte del Estado, crecimiento anárquico e insuficiencia de las dotaciones de aulas y laboratorios.

Y la universidades publicas en muchos casos se ha convertido en una maquina tragamonedas. con deudas de todo tipo y compromisos laborales pendientes, casos que aún gravitan fuertemente sobre las universidades, (como el caso de la UCV donde el 40% de su ingreso se destina al pago de jubilaciones); a pesar de la gigantesca inversión gubernamental de los últimos años.

A lo anterior se agregan necesidades de infraestructuras tecnológicas de vanguardia como laboratorios de computación, falta de materiales instrucionales de vanguardia, planta física en decadencia, la formación de la generación de relevo académico, la modernización de las bibliotecas, la definición de una política de postgrado y la revisión curricular de todos los programas para asegurar su pertinencia, reducir su duración y garantizar la calidad y la equidad educativas

Y el problema educativo no solo recae a nivel de la educación superior, mas bien tiene sus raíces a lo largo de todo el sistema educativo venezolano y donde a nivel superior es solo un simple reflejo del problema en materia educativa, que esta enfrentando el país donde las estadísticas para el comienzo del

Siglo XXI muestran la siguiente realidad:

De cada 100 niños que ingresaban a primer grado de la escuela básica, un 9% culminaba la primera etapa, y un 60% la segunda y menos de un 40% llegaba a culminar la educación básica como tal. Al llegar a la culminación de bachillerato o ciclo diversificado apenas un poco menos del 20%, los cuales constituyen los alumnos que pueden ingresar a las Universidades nacionales. (Censo MPPE 2001). En ello se concluye que aproximadamente 5 millones de ciudadanos no habían concluido sus estudios del bachillerato y cerca de medio millón no podían acceder a las aulas universitarias porque las políticas de ingreso operan como mecanismos de contención de la demanda.

Esta concepción es un simple reflejo de lo que ha corrido en Venezuela como algo natural. La exclusión se ha convertido en parte de nuestra cotidianidad. Donde contamos con sistema educativo con comportamientos que nunca podrá dar cabida a la equidad y la inclusión.

Por esta razón, la universidad jamás podrá hablar de equidad a pesar de que muestre interesantes y pertinentes políticas socioeconómicas para atender y mantener la población estudiantil dentro del subsistema de educación superior ya que en muchos casos el problema debe atacarse desde los subsistemas precedentes.

En este caso el principio de “educación para las mayorías” es abrir las aulas universitarias, para todos, sin más limitaciones que las de sus vocaciones y aptitudes, como se encuentra expresado en nuestra constitución. La falta de un adecuado presupuesto y algunas limitaciones de las instalaciones físicas y apoyo pedagógico no pueden ser las excusas emblemáticas para no comenzar a ingresar a los tradicionales excluidos de este subsistema que fueron titulados por otras instituciones: los liceos.

Pero en realidad lo que no podemos negar, que el verdadero problema es la ceguera de una dirección política universitaria para ver que todo problema tiene solución, sobre todo en un país que posee inconmensurables recursos económicos y que están en estos momentos siendo colocados al servicio de la salud y la educación. Pero para enfrentar el problema de la exclusión estudiantil, la universidad venezolana debe hacer de esa posibilidad un proyecto institucional que se inserte en las políticas de desarrollo del país.

Es menester saber qué posición va imprimir la universidad frente a los reclamos urgentes de una sociedad cada vez más comprometida con una democracia verdaderamente inclusiva y para todos.

A pesar de todo, los sistemas educativos de los países de la región y en el caso venezolano se han ido transformando hacia la universalización de la educación general de la población y la ampliación de la educación del nivel pos secundario y superior universitario. Como se ha observado la creación de instituciones especializadas, nuevas universidades, la municipalización de la educación superior, para atender las necesidades de algunos grupos que ha llegado a proyectos estratégicos regionales como las universidades indígenas y otros proyectos dirigidos al desarrollo de localidades aisladas o marginadas con el apoyo de los organismos internacionales y los gobiernos locales.

La inclusión como estrategia para atender la exclusión (desigualdad de acceso a oportunidades de estudio) tiene varios elementos: las políticas (voluntad y compromiso con la cobertura, distribución geográfica y alcance de acuerdo con los tiempos y los recursos disponibles y. el alcance de la justicia social);

La pertinencia de las iniciativas de acuerdo con las necesidades de la sociedad, de las personas, grupos y sectores que se quieren incluir; y su viabilidad y financiamiento de las iniciativas de los gobiernos dirigidas a reducir la exclusión por la diversidad de necesidades de personas, grupos, localidades o regiones.

La opción de continuar estudios del nivel superior y universitario, recae en la disponibilidad de educación básica y secundaria de calidad como prerrequisito de transición hacia la educación superior para todos los grupos que acceden a la educación pública o privada, por lo cual la meta de la UNESCO, 2001 de “educación para todos’, es una precondición para la opción de la educación superior y la meta de universalización en el horizonte 2021.

La pertinencia de las políticas de inclusión de los gobiernos determinan en gran medida las de acceso a las oportunidades en las instituciones y ubicación en el mundo del trabajo, por lo cual el enfoque de la pertinencia y efectividad de las instituciones de educación superior deben estar orientadas por las necesidades de la población de infraestructura para el aprendizaje y de aprovechamiento en relación con los reclamos de inclusión de los diferentes sectores de la sociedad

El No poder reconocer las diferencias de condiciones, circunstancias y necesidades de la diversidad de la población, no son obstáculos entre las opciones existentes y ante la variedad de las modalidades de oportunidades educativas que ofrecen las instituciones.

Un Factor importante es la oferta de la educación superior en términos de “calidad” incide directamente sobre la efectividad de las políticas de acceso en las instituciones, las oportunidades de estudio, la efectividad de estas y los resultados.

Así mismo la pertinencia de las políticas al igual que la viabilidad de implantación determinan en gran medida los resultados de inclusión y justicia social en relación con las expectativas de los que aspiran a participar, beneficiarse y contribuir a la colectividad a través de la educación superior.

La formulación e implantación de políticas de inclusión y de acceso a las oportunidades de estudio en las universidades como puente para reducir la exclusión-desigualdad, deberá incluir la participación de los sectores para quienes se está legislando para así poder atender la diversidad de sus necesidades y expectativas en los estudios del nivel superior.

En las políticas de inclusión y las estrategias de acceso para eliminar barreras y obstáculos, la discusión alrededor del acceso gira entorno a la participación del estudiante en la oportunidad educativa como también en las opciones de los grupos a participar en las carreras, profesiones, instituciones de Investigación y post-grado, entre otros.

Se debe dar la opción de no solamente el acceso a programas de estudios, si no también ofrecer las condiciones para aprovechar, permanecer y egresar de estos programas se han convertido en los criterios más importantes para considerar las políticas de inclusión/acceso y su efectividad.

Para ello se debe favorecer al estudiantado con los grupos de apoyo académico de tutoría, mentoría académica y consejería grupal o personal orientada a superar las condiciones y situaciones que obstaculizan el progreso, permanencia, aprovechamiento y egreso de los estudiantes al mundo del trabajo.

Para concluir vale la pena resaltar puntos que llaman la atención sobre aspectos a considerar con relación a la continuidad de la tendencia y su impacto de futuro de la educación superior en base a los siguientes elementos:

- El impacto de las políticas de inclusión y las estrategias de acceso de los últimos años han tenido un efecto relativo en la participación de género y grupos con discapacidades remoción de barreas, recursos y favoreciendo cambios culturales.

- El avance se asocia también a la masificación de la educación superior en la región (crecimiento acelerado del sector privado en relación con el público para responder a un incremento de la demanda a niveles más altos de educación del nivel superior unido a modalidades de financiamiento) que han favorecido a los grupos de medianos ingresos.

- La masificación de la oferta también se vincula a la diferenciación de la calidad de la oferta en relación con el acceso a las instituciones públicas y privadas reconocidas y certificadas por entidades acreditadoras y del Estado. La masificación propicia la migración de talento, el mercado dual de trabajo en cuanto a remuneración, oportunidades de progreso en el trabajo y de proseguir estudios avanzados o de postgrado en el futuro.

- Los resultados de la inclusión y la equidad en las universidades enfrentan nuevas dilemas para ampliar el acceso y egresar mayor número de recursos humanos en relación con nuevas prioridades en la asignación de recursos fiscales públicos exiguos.

- Los cambios y estrategias de las universidades para ampliar el acceso, retener y educar a estos estudiantes no han sido suficientes, y se pueden a atribuir: la falta de preparación previa educativa (capital cognitivo, cultural y social) en el hogar y la escuela de los estudiantes para ingresar y permanecer en los programas de estudio, y a la baja capacidad de las instituciones para transformarse y poder atender oleadas de estudiantes con necesidades y condiciones de desigualdades diferenciadas existiendo un contexto de estudio de “baja eficiencia y efectividad” en términos de rendimiento, permanencia y egreso en un gran número de instituciones en la región.

- La expectativa de mejorar el sistema educativo para lograr mayor número de egresados preparados para ingresar, permanecer y terminar la educación superior y contribuir a la sociedad por medio del trabajo y los servicios que le rinden.

- La desigualdad y la inclusión están vinculadas a la viabilidad de condiciones de igualdad de oportunidades para los grupos más desventajados por lo cual existe una insuficiencia de opciones y oportunidades para elevar la participación de los grupos de población tradicionalmente no representados en las universidades promover su permanencia, egreso y ubicación en el mundo del trabajo.

- La falta de “pertinencia social” y “calidad” educativa -en términos de capacidad- para responder a las “necesidades de estudio” del gran número de estudiantes que trajo la masificación de la educación superior, se reflejo en las tasas altas de repitencia; tasas bajas de permanencia (retención) y egreso con titulación de un gran número de estudiantes que demandaron más y mayor nivel de estudios del nivel superior.


CONCLUSIÓN

La sociedad del aprendizaje a lo largo de la vida y del conocimiento será como queramos. Es preciso que nos sensibilicemos a la responsabilidad que implica la continuidad del escenario tendencial de exclusión, desigualdad y marginación de sectores de la población en los países de la región. Somos responsables de lo que presenciamos, de lo que creemos, de lo que hacemos posible, como también de lo que no hacemos. En la era del conocimiento, todos tenemos que tener acceso al conocimiento, a sus procesos de creación y divulgación para poder ampliar la base democrática y la participación de todos del bienestar que alcancen nuestros países. Todos tenemos que participar en la construcción del futuro para que las sociedades de conocimiento sean inclusivas con equidad, y el desarrollo sustentable llegue a ser una realidad en los países de la región de Latinoamérica y del Caribe.

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